Los Seattle Seahawks salieron campeones del Super Bowl XLVIII sin tapujos, sin dudas, nadie los podrá cuestionar. Nunca Denver estuvo ni siquiera cerca de dar vuelta el juego. Y sabiendo esto, la gran jugada de Richard Sherman ante los 49ers que terminó con la intercepción de Malcolm Smith, tiene un valor inconmensurable.
Pero la idea no es hablar del gran partido de los Seahawks ante los Broncos, eso es noticia mundial, y más aun viendo el apabullante marcador. Sino hablar de lo que viene para Seattle, el futuro que tiene este equipo, y que quizá esto sea solo el puntapié.
Seattle hizo una campaña enorme con una defensiva que fue lo mejor desde lo físico, desde la agresividad mostrada y desde una inteligencia estupenda para enfrentar y vencer a los mejores equipos de la NFL.
Si vemos a la defensiva, esa gran unidad de Quinn, tendremos que ver la edad de los jugadores claves de este equipo. Repasemos, Bruce Irvin (26), Bobby Wagner (23), Malcolm Smith (24), KJ Wright (24), Richard Sherman (25), Earl Thomas (24), Kam Chancellor (25) y Byron Maxwell (25). Estamos hablando siete jugadores de 11 titulares con menos de 26 años. Y en la línea defensiva hay veteranos, pero sólo Chris Clemons supera los 30 años.
Ofensivamente es menos el impacto de jóvenes, pero existente. Entre los más jóvenes están Russell Wilson (25), Golden Tate (25), Doug Baldwin (25), Jermaine Kearse (23), Russell Okung (25), James Carpenter (24) y JR Sweezy (24). De estos siete nombrados, siete son titulares en la ofensiva. Y los que deje afuera todavía no llegan al mote de veteranos, aunque tampoco son jóvenes. Marshawn Lynch tiene 27, aunque sabemos bien la vida útil de los corredores. Pero Max Unger, Breno Giacomini y Zach Miller tienen entre 27 y 28, por lo cual esta ofensiva también es bastante fresca en muchos aspectos.
Podemos decir que Seattle es un equipo joven y ahí la premisa de esta opinión. Los Seahawks dieron el primer paso, porque la edad de sus jugadores no solo marca un buen futuro, sino que algunos todavía pueden crecer mucho más en su juego y potenciar aun más a este equipo. El crecimiento deportivo y la madurez de estos jugadores se dará continuamente y eso es algo fantástico. Pensar más allá de un solo Super Bowl.
Por este motivo, creo que Seattle y Pete Carroll construyeron algo bueno, sustentable y duradero. Para que la gloria no sea solo este titulo, sino que exista la posibilidad para muchos más. Los titulares y los grandes nombres de este conjunto han sido escogidos por la mano suya y son todos jugadores que si no ocurre una desgracia o un bajón de nivel, están empezando recién a escribir sus primeras paginas en la historia de la NFL.
En fin, Carroll tendrá al frente por muchos años más a un plantel de excelencia. Por supuesto, las reglas de la NFL te fuerzan a que para mantener un reinado tengas que ser muy hábil y saber realmente el valor de tus jugadores. Si Carroll comprende esto, el Super Bowl XLVIII pudo haber sido el puntapie de una gran dinastía, algo muy poco frecuente en la actual NFL.
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