jueves, 19 de julio de 2012

Linieros defensivos, casi a la altura de los mariscales


Que para ganar un Super Bowl hace falta un mariscal franquicia, es una verdad que se viene comprobando en los últimos años de la NFL. En las pasadas finales se han enfrentado mariscales o las han jugado todos los QB´s denominados de la élite.

Este último año se acopló de una vez por todas Eli Manning a ese distinguido grupo y un equipo de los Giants que se acopla perfecto a la realidad actual de la liga. Pasar bien y presionar de la misma forma es el lema que pregona.

Seguido de los mariscales, los linieros defensivos y especialmente los cazamariscales han tomado en los últimos años la posta como jugadores clave en la defensa. Incluso por encima de los apoyadores, que históricamente eran los líderes y figuras de las defensas.

Hoy con los esquemas que apuestan a la presión al mariscal, especialmente el 3-4, los cazamariscales se han vuelto jugadores vitales en los sistemas defensivos.


En el Top 100 que hace año a año la NFL, dieciséis jugadores eran linieros defensivos. Más precisamente trece alas defensivas y tres tackles defensivos. Reventar o no, es la misma cantidad de mariscales de campo citados en dicha lista, mientras que uno menos de corredores y receptores.

Encima cabe agregar que los tres tackles defensivos que son Haloti Ngata, Vince Wilfork y Ndamukong Suh son verdaderos todo terreno. Luego el resto de las alas defensivas son esenciales en el juego de sus franquicias.

Esto marca a las claras que la NFL evolucionó y cambio. La ecuación es simple: Si ahora se juega al pase y el mariscal la tiene mucho tiempo encima, hay que ir a arrebatarle el balón.

Con dicha formula los Giants conquistaron el último Super Bowl ante los Patriots. Con un ataque aéreo fuerte y una linea de defensa que dedicaba sus cuatro hombres a la presión lograron llegar a lo más alto.

Hoy en día es la era de la presión al mariscal en cuestión de defensivas. Importa tanto o más la cantidad de touchdowns por año de cada jugador, como la cantidad de capturas al mariscal. Lo mismo en el Draft, reclutar un buen presionador o un buen liniero que se imponga vale mucho.

En el último año, de los doce clasificados a playoffs, ocho tenían lineas defensivas o esquemas en donde la presión era fundamental para la defensa. Y el resto de los equipos también presionaba, pero sin tantos jugadores.

En algunos casos, reemplazaba las falencias de otros sectores de la unidad de contención. Broncos, Steleers, Lions lo utilizaron por ejemplo para evitar que sus secundarias sean destrozadas. Y si igualmente pasó, fue por un tema de una linea ofensiva que se impuso y un mariscal de calidad que mostró credenciales.

El caso de Detroit es también para mencionar, ya que tras la contratación de Ndamukong Suh encontraron un jugador que los puso un nivel más arriba. También armaron una linea con buenos presionadores como Cliff Avril y Kyle Van Der Bosch. Eso los puso en el mapa tras muchos años de ausencia.

A ver, no es un solo caso, las tendencias generalmente en la liga quedan marcadas y duran un tiempo prolongado hasta evolucionar. Hoy por ejemplo no muchos corren el balón efectivamente y se lanza más . Los mariscales que se buscan en el draft tienen que ser especialistas en lanzamiento para ser considerados un prototipo de jugador NFL.

Las reglas también ayudan, hoy los esquineros son más fáciles de vulnerar, por lo cual la única forma de darles apoyo es presionando. Como así también los estereotipos de jugadores. Quien podía pensar que un apoyador pueda cubrir en velocidad a un ala como Rob Gronkowski o Jimmy Graham. Por ello todo eso se ha desplazado en la presión, para cortar las jugadas desde su hilo inicial. Es efectivo.

Por eso, este año no nos sorprendamos si aumentan los números en capturas o si la carrera por el récord de Reggie White es la atracción del año. Porque en estos días de la NFL es tan importante quien lanza el ovoide, como quien se lo quiere arrebatar con una captura. Es la liga que se viene y un futuro cercano veremos a jóvenes promesas en dicho rubro.

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