
Llegó a la Universidad Estatal de Oregón para jugar al futbol americano y al baloncesto. Igualmente el football era su principal pasión. Allí con los Beavers logró dos cosas que hasta el día de hoy nadie ha obtenido. Ganar el Heisman y llegar al Final Four en básquet en 1962. Además ese año cerró su temporada con números increíbles. Lanzó para 3476 yardas y 23 pases de touchdown. Además corrió para más de 1500 yardas y obteniendo 15 touchdowns.
En noviembre de ese año ganó el Trofeo Heisman, pero también el Maxwell Award, el WJ Voit Memorial Trophy y fue elegido jugador del año. También tuvo el privilegio de ser elegido all-american y jugar frente a las estrellas de la NFL.
Su paso por Oregón solo dejó gloria y adoración en los fanáticos de los castores, muy disitinto a lo quesería su final en la NFL.


Su carrera terminó en la CFL, jugando para los Edmonton Esquimals, en donde a la vez de jugar se recibió de abogado en la Universidad del Sur de California.
El fue pionero y padre de los futuros Andre Ware, Gino Torreta, Jason White, entre otros. Terry Baker quedó inmortalizado en los Castores y en la NCAA, pero en la NFL fue el creador de mucho ruido y pocas nueces.
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