Como ya es habitué en esta sección todos los jugadores que aquí vistos sin dudas que son grandes promesas, que siempre fueron promesas y nunca realidades. En el día de hoy, uno de los fracasos más resonantes de los años 90´: Heath Shuler.
Arribó a la Universidad de Tennessee en 1990 y rápidamente atrajo la atención de todos por su gran potencial como quarterback. Fue una de las revelaciones en esos años. Batió todos los records con los Volunteers, pero años más tarde Peyton Manning se encargó de superarlos. Para 1993 ocupó el segundo lugar en la votación del Trofeo Heisman, que ganó Charlie Ward.
Schuler fue elegido tercero en la primera ronda del Draft 1994 por los Washington Redskins. Los medios y los entrenadores no lo consideraban un gran proyecto y comentaban que su carrera no iba a explotar jamás. Los Pieles Rojas le hicieron un suculento contrato de 19,25 millones de dólares. La cuestión era que la franquicia de la capital norteamericana no venía muy bien luego de los logros obtenidos, por eso Schuler era el futuro.
Como se esperaba, Schuler jugó mal y tuvo que ser reemplazado por Gus Frerotte. El partido que marcó la salida de la alineación titular fue contra Arizona, en donde lanzó cinco intercepciones. Schuler arrancó en 18 partidos de los dos años que estuvo con los Pieles Rojas.
Para 1996, Schuler paso a los New Orleans Saints, pero su nivel fue muy bajo. Se lesiono en el pie durante 1997 y tuvo que ser operado dos veces. Esto lo llevo a firmar con los Raiders de Oakland, allí también se lesiono el pie.
Terminó su carrera con un índice pasador de 54,3 y muy malos recuerdos, pero su carrera dio un vuelco, pasando de las tacleadas a la política.
Ídolo en Tennessee y gran proyecto de jugador, Heath Schuler desparramo ilusiones, aunque en la NFL fue solo mucho ruido y pocas nueces.
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