Tras dos años en la banca, este mariscal se hizo famoso por en 1991 con su gran nivel demostrado, llevando a su equipo al campeonato estatal tras vencer a Florida State.
Pero el 92´ sería su año en los Huracanes. Lanzó para más de 3.000 yardas en toda la campaña. También lograría ganar el Trofeo Heisman, ganándole en la votación a Marshall Faulk, quien después ganó un Super Bowl con los Saint Louis Rams. Igualmente ese no sería el único premio para Gino, ya que al Heisman le agregó el Johny Unitas, Davey O´ Brien, Maxwell, Walter Camp y el Harley, sin dudas un año de ensueño.
Uno de los juegos clave de la temporada fue ante West Virginia cuando lanzó para 363 yardas y dos touchdowns en la victoria 35-23. Su carrera como mariscal de campo en la Universidad de Miami tuvo un gran éxito, con Torretta llevando al equipo a 26 victorias y sólo una derrota. Dicha caída fue en la final nacional frente a Alabama por 34-13.
Además del buen record de victorias, en su dos años de titular terminó con 39 touchdowns por pase, más de 6.000 yardas y más de 450 pases completos.
A pesar del gran éxito en la universidad, Torreta no era muy tenido en cuenta a la hora del Draft. Igualmente, los Vikings se lo llevarían en la séptima ronda de la selección, pero no jugó en todo el año y lo cortaron a fin de campaña. Pasó a los Lions, en donde fue mariscal suplente con chances, pero tuvo la fortuna de entrar.
En 1995 el mariscal buscó otros rumbos, se fue a NFL Europa, pero se volvió rápidamente, ya que los Seahawks lo ficharon. Antes lo habían rechazado los 49ers.
Allí con el equipo de Seattle tuvo la chance de jugar su primer partido en la NFL. Entró frente a los Raiders e ilusiono a todos con que se podía ver al Torreta del 92´, cuando conectó un pase de TD a Joey Galloway y ganó el juego. Pero ese amague no impidió que siga en la banca y que en la 97/98 fuera el Nº2 de Peyton Manning en Indianápolis.
Pero el fin ya estaba cerca y después de ese año dijo adiós al fútbol americano. Aunque sería solo para jugarlo, ya que hoy posee una radio de este deporte, además de ser un exitoso agente financiero.
Este año lo admitirán en el Salón de la Fama del fútbol universitario, en el cual demostró ser uno de los mejores. Pero en la NFL su éxito no estaba en la cancha, fue mucho ruido y pocas nueces.
Siempre he pensado que en estas circunstancias la culpa no es del jugador sino de los equipos y entrenadores por no darles oportunidades. Este chico tenia una buena base y podria haber llegado lejos pero a veces la fortuna no esta de nuestro lado. Bien es cierto que ese equipo que tenia en Miami estaba plagado de buenos jugadores lo que le restaba algo de merito pero aun asi no creo que fuera Mucho ruido y pocas nueces. Eso se aplica a otros jugadores no a este.
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