En la derrota del domingo frente a los Eagles, Smith tuvo un comienzo muy pobre. Jugó mal y cometió errores que valieron puntos a favor del rival. Primero fue interceptado y luego en una jugada muy infantil soltó el balón para que Quintín Mikell anote un touchdown. Un error garrafal cuasinfantil que no se puede cometer. Cuando ingresó de nuevo la gente gritaba "We want Carr". Al parecer el coach Mike Singletary lo iba a sacar de la cancha, ya había mandado a calentar al suplente David Carr, pero Alex se reveló y se metió en el emparrillado para liderar él la serie de su equipo. Estaban 17 puntos abajo, por lo que la hazaña era difícil. Pero al igual que en el partido con New Orleáns, este Nº11 se puso el equipo al hombro y comenzó a jugar el nivel que se espera de el.
En la primera serie post inconveniente con Singletary, este mariscal llevó a su equipo a anotar tras un pase de 7 yardas a Vernon Davis. Después Philadelphia anotaría un field goal para ensanchar la ventaja, pero Smith salió de nuevo poseído y solo malogrando un pase, que era necesario que tirara afuera, cumplió y le sirvió el TD a Frank Gore.
En la última serie parecía que los Eagles flaqueaban, pero una buena presión defensiva y una mala protección al quarterback derivaron en la intercepción que sentenció otra derrota para San Francisco. Otra derrota más en esta pobre campaña.
Alex Smith demuestra día tras día que es un jugador muy irregular, que es demasiado ciclotímico. No puede canalizar esos buenos momentos para ganar los partidos, ya que cuando no esta bien sus errores son caros. Hay que ver si esta vez le cambió la cabeza, si aquel balón suelto y la amenaza de “Samurai Mike” sirvieron para dar un giro. También habrá que ver si para la próxima semana el coach decide ponerlo o no, tendría que tomar una decisión urgente para no perder la credibilidad.
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