viernes, 25 de noviembre de 2011

Marcus Cannon, joven luchador dentro y fuera del campo


Para Marcus Cannon el comienzo del 2011 le sonreía. El día primero conquistó el Rose Bowl con la universidad de TCU, ganándole a los tradicionales Wisconsin Badgers. Cannon fue una pieza clave de ese conjunto, siendo importante en la linea ofensiva del equipo.

Tras el logro con Texas Christian sucedió lo menos esperado. En el pre-draft se le diagnostico un linfoma no-Hodking. Así y todo hizo el Combine y llamó la atención debido a su gran tamaño.


Para graficarlo mejor, Cannon es un gigante de 1,96 metros y 162 kilos. Además tan solo tiene 23 años, por lo que a pesar de su enfermedad, era una apuesta interesante.

Allí se la jugaron los Patriots, que lo eligieron en la quinta ronda del Draft. Una jugada fuerte, ya que el drama de la enfermedad podría haber alejado a Cannon de la actividad.

Pero esto no sucedió. Ni bien empezada la pretemporada trabajó duro en la quimioterapia. Fueron meses de entrenar diferenciado y de luchar contra la enfermedad. El mismo comentaba que se sentía débil y que dudaba de poder llegar a jugar algunas vez con New England.

Pero aquí es donde el amor propio se sobrepuso a todo.También el apoyo familiar y de todos los Pats fue importante para no perder nunca las esperanzas y luchar siempre.

Un caso muy similar al del liniero ofensivo le sucedió a Mario Lemieux, jugador de Pittsburgh Penguins de la NHL. Lemieux también fue diagnosticado de linfoma no-Hodking, pero luchó, mantuvo un buen nivel y llegó a Salón de la Fama.

Pero tanto trabajo y sufrimiento dio sus frutos, y antes de lo esperado saltó de nuevo al emparrillado. En el partido de la Semana 10 frente a Kansas City, Cannon ingresó en la última serie ofensiva, en donde los Pats llegaron al touchdown y mucho ayudo este chico en la posición de tackle derecho.

"Es bueno tener a Marcus en cancha. Ha trabajado duro y merece la oportunidad. Dio el primer gran paso", declaró Bill Belichick.

Fue poco tiempo el que jugó, aunque para él fueron eternos. Es más, además de decir que fue algo increíble, dijo que fue el partido que más recordará en su vida.

"Desde luego, que mi historia estará ahí y le doy las gracias a Dios todos los días. He sido bendecido y no hay manera de poner eso en el pasado. Solo quiero jugar football americano", expresó emocionado Cannon.

La historia de Marcus Cannon va más allá de la NFL. Es una muestra viviente de hombría, perseverancia y humildad para afrontar el cáncer y no dejarse consumir. Su objetivo lo logró, y hoy solo quiere jugar en el emparrillado.

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